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3.2.3 Cetoacidosis diabética

Un ictus agudo, tanto isquémico como hemorrágico, es un evento de gran estrés orgánico. La respuesta fisiológica a este estrés incluye la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas contrarrestan el efecto de la insulina, lo que puede provocar un aumento brusco y severo de los niveles de glucosa en sangre, desencadenando una cetoacidosis diabética (CAD) en un paciente diabético susceptible.


Implicaciones Clínicas

La presencia de CAD en un ictus agudo complica enormemente el diagnóstico y el tratamiento. La acidosis metabólica y la hiperglucemia pueden:

  • Empeorar el daño cerebral causado por el ictus.

  • Dificultar la evaluación del estado neurológico del paciente, ya que los síntomas de la CAD (alteración del estado de conciencia, confusión) pueden enmascarar o confundir los del ictus.

Por lo tanto, es crucial identificar y tratar la CAD de manera agresiva y simultánea al manejo del ictus para mejorar el pronóstico del paciente.

Identificar la CAD en el contexto de un ictus es un desafío, ya que síntomas como la alteración de la conciencia pueden ser comunes en ambas condiciones. Por ello, la clave está en una alta sospecha clínica, especialmente en pacientes con antecedentes de diabetes. Se debe buscar signos adicionales como deshidrataciónrespiración rápida y profunda (de Kussmaul) o un aliento con olor afrutado. La confirmación del diagnóstico es siempre por laboratorio, que mostrará tres hallazgos cruciales: glucosa en sangre elevada, presencia de cetonas acidosis metabólica.


Ante una situación de cetoacidosis diabética se consultará para su evaluación y apoyo en su tratamiento con el Servicio de Endocrinología o el Servicio de Medicina Interna.