El tratamiento en el ictus isquémico agudo persigue conseguir la recanalización arterial, ya que se ha
demostrado que ello se asocia a una probabilidad cuatro veces superior de obtener un buen
pronóstico funcional y a una reducción de la mortalidad de casi el 80% a los 90 días respecto a los
pacientes que permanecen con la arteria ocluida. En la actualidad, existen estudios controlados que han demostrado el beneficio clínico del tratamiento
endovascular, con mejora en la capacidad funcional de los pacientes, frente al mejor tratamiento médico, por lo que el tratamiento en fase aguda no se
limita solamente al uso de rTPA.
El efecto secundario más grave que puede aparecer es la hemorragia, en el cerebro o en otras partes del
cuerpo. Puede producirse una hemorragia grave cerebral que empeore la
situación del paciente.
Otros efectos adversos poco frecuentes son la reacción alérgica o derivados de la inyección intravenosa
(flebitis donde se administra el tratamiento, pequeños hematomas locales…).
En el caso de presentarse algún acontecimiento adverso, se le aplicarán inmediatamente todas las
medidas necesarias para minimizar al máximo sus consecuencias.
Se han de llevar a cabo todas las MEDIDAS GENERALES COMUNES EN LA ATENCIÓN A LOS PACIENTES DE LA UI (1). Partiendo de esto, se realizarán los cuidados de acuerdo al protocolo de actuación ante paciente con ictus isquémico (1.1), a excepción de las siguientes medidas especiales:
- Reposo absoluto.
- Vigilar punto de punción, las extremidades, comparando temperatura, pulsos y color.
- Vigilancia del vendaje compresivo o sutura de la vía de acceso.
- Vigilancia de síntomas/signos de alerta de posibles complicaciones:
- Cefalea grave.
- Náuseas y vómitos.
- Hipertensión arterial aguda.
- Disminución del nivel de conciencia.
- Si ocurriese alguna de las anteriores situaciones, avisar al Neurólogo de guardia.
- Monitorización de la TA en las primeras 24 horas:
- Cada 15 minutos durante las 2 primeras horas.
- Cada 30 minutos durante las 4 horas siguientes.
- Cada 60 minutos durante las 18 horas siguientes.
- Con mayor frecuencia si TA >180/105.
- Respecto al manejo de la TA, se aplicará el protocolo específico de presión arterial (3.1).
- Si aparece hipotensión sintomática: suero fisiológico y expansores de volumen (ver protocolo específico de Hipotensión 3.1.2).
- Durante la realización de toma de constantes se anotará la escala canadiense.
- Si se produce una reacción anafiláctica suspender la infusión e iniciar el tratamiento oportuno.
- Se registrará la NIHSS post-tratamiento trombolítico.
- Si el paciente presenta un deterioro de la NIHSS post-procedimiento o en las siguientes 24 horas mayor o igual a 4 puntos respecto a la pre-procedimiento, se realizará una TC craneal urgente. Por ello, realizar evaluación neurológica periódica tras el procedimiento, cada 2 horas las primeras 24 horas.
- Se realizará una TC craneal de control a las 24 horas del procedimiento, para descartar HIC, HSA, infarto hemorrágico/extenso antes de iniciar tratamiento antitrombótico o procoagulante.
- NO ADMINISTRAR en ningún caso antiagregantes, anticoagulantes o heparinas salvo expresa indicación del Neurólogo, durante las primeras 24 horas.
- Evitar en lo posible o retrasar al máximo la colocación de sondas urinarias o nasogástricas y punciones arteriales.
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